miércoles, 8 de abril de 2015

Ropas eclesiásticas en la Edad Media

La Iglesia antes del tiempo de Constantino no conocía distinción entre la indumentaria secular y la religiosa, aunque puede entenderse que la segunda era dignificada y rica, lo que se demuestra por las representaciones en las catacumbas. Pero el crecimiento de la autoridad del clero, el aumento de la estima por la liturgia, su progresivo desarrollo y la continua especialización de la indumentaria oficial, se combinaron en favor del uso de materiales más ricos y variados que denotaran la diferencia de rango entre el clero, aunque todavía no se trataba de una cuestión sobre una clase distintiva. La indumentaria eclesiástica se hizo peculiar en un sentido estricto cuando, bajo la influencia de la emigración de las tribus germánicas, las costumbres y las formas del mundo antiguo desaparecieron y la indumentaria medieval, más conveniente, la sustituyó.
La iglesia comenzó a regular la vestimenta eclesiástica sobre el siglo VI, cuando el Consejo de Braga dictaminó que los sacerdotes estaban obligados a vestir una túnica que llegara a los pies, en contraste con las calzas o las piernas desnudas de los laicos.Sin embargo, la historia de las vestiduras eclesiásticas en la Edad Media no muestra gruesas divisiones. 


Vestimenta del clero
Porque fue regulado por la iglesia, la forma básica de la vestimenta eclesiástica seguía siendo más o menos constante. Una túnica talar llamada alba fue la prenda básica, que podía ir ceñida alrededor de la cintura con un cinturón simple. Cuando presidían la misa, una prenda exterior se llevaba sobre el alba llamada dalmática (una túnica de manga larga) o una casulla (una capa sin mangas). Una tira larga de tela llamada estola era puesta sobre los hombros, completando el atuendo. En la vida cotidiana, el derecho canónico requería a los sacerdotes vestir con ropa simple y sobria.


Vestimenta monástica
Los monjes llevaban un hábito más sencillo que el de los sacerdotes, sin los ornamentos rituales elaborados utilizados en la misa. El hábito variaba según la orden monástica pero el vestido básico consistía en una túnica larga, generalmente de lana, con una capucha y una simple correa. A veces las órdenes monásticas fueron identificadas por el color de sus vestiduras. Debido a esto, la orden de los dominicos a veces fue conocida como la de los "frailes negros", mientras que los franciscanos eran conocidos como los "frailes grises".



Vestimenta episcopal y papal
Los trajes formales de obispos y otros funcionarios de la iglesia eran incluso más elaborados que la indumentaria litúrgica de los sacerdotes. Los obispos a menudo llevaban una capa de seda pesada llamada "cappa", acompañada de un sombrero alto y puntiagudo llamado mitra. Las vestiduras episcopales podrían estar elaboradamente decoradas y sus batas y báculos, o croziers, estaban adornados con oro y piedras preciosas. El oficio del arzobispo era representado por una estrecha prenda tipo bufanda llamada palio que a menudo era usada libremente alrededor del cuello. El vestido litúrgico más elaborado fue usado por los papas e incluía desde el siglo XII en adelante, una corona alta llamada tiara.